El ayuno es una práctica espiritual profundamente arraigada en las Escrituras, utilizada como un medio de acercamiento a Dios, de arrepentimiento, y de consagración. Pero, ¿qué ocurre cuando una persona está enferma? ¿Dios espera aún así un ayuno físico? ¿Acepta Dios sacrificios del cuerpo cuando está en estado de debilidad o enfermedad?
Veamos qué nos revela la Biblia y cómo podemos entenderlo desde una perspectiva sabia y compasiva.
1. ¿Qué es el ayuno según la Biblia?
En la Biblia, el ayuno es:
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Un acto voluntario de abstinencia de comida (y a veces de agua) para buscar a Dios de forma más intensa (Joel 2:12-13).
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Asociado con la oración, el arrepentimiento y la humildad (Salmo 35:13; Daniel 9:3).
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Nunca es un fin en sí mismo, sino un medio para una comunión más profunda con Dios (Isaías 58).
2. ¿Qué dice la Biblia sobre el cuerpo y la enfermedad?
La Biblia honra al cuerpo como templo del Espíritu Santo:
“¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo… glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo…”
— 1 Corintios 6:19-20
Además, Dios muestra compasión hacia los enfermos. Jesús sanó a muchos y nunca les pidió ayunar como condición para su sanidad (Mateo 9:12). De hecho, dijo:
“Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.”
— Mateo 9:12
Dios no busca sacrificios que destruyan el cuerpo o ignoren su fragilidad. Más bien, valora la obediencia y la misericordia:
“Porque misericordia quiero, y no sacrificio…”
— Oseas 6:6
3. ¿Debe una persona enferma ayunar?
La Biblia no ordena el ayuno físico como un mandato obligatorio para todos los creyentes en todo momento. Se trata de una práctica voluntaria y espiritual, no una obligación legalista.
Una persona enferma no debe sentirse culpable por no ayunar físicamente. De hecho, es sabio y bíblico cuidar el cuerpo, especialmente durante la enfermedad.
“El justo cuida de la vida de su bestia…” (Proverbios 12:10)
¡Cuánto más cuidará de su propio cuerpo!
4. El verdadero ayuno que Dios quiere
Dios no se complace en la autoaflicción vacía. En Isaías 58, el Señor corrige a su pueblo por ayunar de forma hipócrita, y les revela el ayuno que Él acepta:
“¿No es más bien el ayuno que yo escogí: desatar las ligaduras de impiedad… partir tu pan con el hambriento…?”
— Isaías 58:6-7
Esto nos enseña que el corazón detrás del ayuno es más importante que la forma externa. Incluso si no puedes abstenerte de comida por razones de salud, puedes practicar un ayuno espiritual y práctico:
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Ayunar de actitudes negativas.
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Ayunar de distracciones y dedicar más tiempo a Dios.
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Ayunar de comodidades para ayudar a otros.
Dios no exige el ayuno físico a un cuerpo enfermo
Dios, como ser de infinita sabiduría y luz, no exige sacrificios insensatos. Él valora el corazón que busca Su voluntad por encima de los rituales.
“Lo que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.”
— Miqueas 6:8
En resumen:
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El ayuno es valioso, pero no obligatorio para todos en todo momento.
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El cuerpo enfermo debe ser cuidado, no castigado.
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Dios acepta sacrificios del corazón, no del cuerpo enfermo.
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Puedes ayunar de otras formas que no impliquen dañar tu salud.
