domingo, 11 de agosto de 2024

Principios fundamentales que guían a los creyentes hacia la salvación y la vida recta

Jesucristo resumió la esencia de los Diez Mandamientos en dos principios fundamentales que guían a los creyentes hacia la salvación y la vida recta. Primero, el amor y devoción a Jehová, nuestro Dios, debe ser absoluto: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente" (Mateo 22:37). Este mandamiento engloba los primeros cuatro mandamientos, que se centran en nuestra relación con Dios, recordándonos que Él es el único digno de adoración y servicio.


El segundo mandamiento es similar en importancia y se refiere a nuestra relación con los demás: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:39). Este principio resume los últimos seis mandamientos, los cuales orientan nuestras acciones hacia el respeto, la justicia y el amor hacia nuestros semejantes.

Al cumplir con estos dos mandamientos, un creyente está llamado a vivir una vida de integridad, basada en el amor incondicional hacia Dios y en la compasión y respeto hacia los demás. Esta enseñanza simplifica la ley divina, guiando a los cristianos hacia una vida plena y conforme a la voluntad de Dios.

El tema de la simplificación de los mandamientos por parte de Jesucristo es fundamental en la enseñanza cristiana, ya que ofrece una visión clara y accesible de cómo vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Este enfoque está profundamente enraizado en los Evangelios, especialmente en los relatos de Mateo 22:34-40 y Marcos 12:28-34.

El Contexto de los Mandamientos

En el Antiguo Testamento, los Diez Mandamientos, dados a Moisés en el Monte Sinaí, son la base del pacto entre Dios y su pueblo. Estos mandamientos se dividen en dos categorías principales: los que regulan la relación del hombre con Dios (los primeros cuatro) y los que regulan la relación del hombre con su prójimo (los últimos seis). Cumplir estos mandamientos es esencial para vivir en armonía con Dios y con los demás.

La Respuesta de Jesús

Cuando los fariseos y los saduceos, grupos religiosos de la época, intentaron poner a prueba a Jesús, le preguntaron cuál era el mandamiento más importante en la Ley. Jesús, en su respuesta, no solo señala el mandamiento más importante, sino que los agrupa en dos grandes principios:

  1. Amar a Dios: Jesús cita el Shemá, una oración central en la fe judía, diciendo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente" (Mateo 22:37). Este es el primer y gran mandamiento. Jesús subraya que este amor debe ser total, abarcando todos los aspectos de la existencia humana. Amar a Dios significa ponerlo en el centro de nuestras vidas, obedeciendo sus mandamientos y buscando hacer su voluntad en todo lo que hacemos.

  2. Amar al prójimo: Luego, Jesús añade: "El segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:39). Este mandamiento implica una profunda empatía y respeto por los demás, tratándolos con la misma dignidad y consideración que uno desea para sí mismo. Al amar al prójimo, se refleja el amor de Dios en nuestras acciones diarias.

La Profundidad de estos Mandamientos

Al resumir la Ley en estos dos mandamientos, Jesús no anula los Diez Mandamientos, sino que los eleva a un nivel superior. El amor, según Jesús, es el principio que sustenta toda la ley y los profetas (Mateo 22:40). Sin amor, el cumplimiento literal de la ley carece de valor espiritual. Por ejemplo, evitar el asesinato (uno de los Diez Mandamientos) es solo la base; el amor verdadero nos lleva a evitar la ira, el odio y el rencor, cultivando en su lugar la reconciliación y la paz.

Aplicación en la Vida Cristiana

En la práctica cristiana, estos dos mandamientos se convierten en la brújula moral que orienta todas las decisiones y acciones. Amar a Dios implica participar en la oración, la adoración, el estudio de la Biblia y vivir una vida en conformidad con sus enseñanzas. Amar al prójimo se manifiesta en actos de bondad, justicia, perdón y servicio a los demás, especialmente a los más necesitados.

Además, estos mandamientos tienen una dimensión social y comunitaria. La iglesia primitiva, guiada por estos principios, se dedicó a la ayuda mutua, la distribución de bienes, y la creación de una comunidad donde prevalecía el amor y la unidad.

La simplificación de los mandamientos en dos grandes principios por parte de Jesús no solo facilita la comprensión de la ley divina, sino que también subraya la importancia del amor como el eje central de la vida cristiana. Amar a Dios y amar al prójimo son inseparables y juntos forman la base de una vida plena y significativa, conforme al propósito divino. Vivir estos mandamientos es el camino hacia la verdadera paz y salvación, en una relación correcta con Dios y con los demás.

jueves, 11 de julio de 2024

Medir la santidad

Medir la santidad es un error común porque todos somos imperfectos y pecadores según las enseñanzas cristianas. 


La santidad, en esencia, es un ideal de vida que se busca mediante la fe, la devoción y las acciones conformes a la voluntad de Dios, pero no es un estado de perfección humana alcanzable en su totalidad.

Argumentos sobre el Error de Medir la Santidad

  1. Naturaleza Humana:

    • Imperfecta y Pecadora: Según la Biblia, todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Esto indica que la perfección no es una característica humana, sino divina.
    • Necesidad de Redención: La necesidad de la gracia y misericordia de Dios muestra que los seres humanos no pueden alcanzar la santidad por sus propios medios. Cristo vino a salvar a los pecadores, no a los justos (Marcos 2:17).
  2. El Juicio de Dios:

    • Solo Dios Juzga: Jesús enseñó que no debemos juzgar a los demás (Mateo 7:1). Solo Dios puede ver el corazón y la verdadera santidad de una persona.
    • Humildad en la Fe: Reconocer que somos pecadores y que necesitamos la misericordia de Dios es un acto de humildad y una parte esencial de la vida cristiana.
  3. La Comparación y el Orgullo:

    • Comparaciones Inevitables: Medir la santidad puede llevar a comparaciones destructivas, fomentando el orgullo o la envidia, en lugar de la humildad y la compasión.
    • Ética Cristiana: La ética cristiana enfatiza el amor al prójimo y la humildad. Compararse con otros puede ir en contra de estos principios.
  4. La Santidad como un Proceso:

    • Crecimiento Espiritual: La santidad es un proceso continuo de crecimiento espiritual y moral, no un estado fijo. San Pablo habla de correr la carrera de la fe (1 Corintios 9:24-27).
    • Dependencia de la Gracia: La gracia de Dios es lo que nos ayuda a crecer en santidad. No es algo que se pueda medir o alcanzar sin la intervención divina.

La Búsqueda de la Misericordia

  1. Arrepentimiento y Confesión:

    • Prácticas Espirituales: La confesión y el arrepentimiento son prácticas fundamentales en la vida cristiana para recibir la misericordia de Dios.
    • Reconocimiento del Pecado: Al reconocer nuestros pecados, nos abrimos a la gracia y la misericordia de Dios.
  2. Oración y Sacramentos:

    • Medios de Gracia: Los sacramentos, como la Eucaristía y la confesión, son medios por los cuales los creyentes reciben la gracia y misericordia de Dios.
    • Comunión con Dios: La oración es una forma de mantener una relación continua con Dios, buscando su guía y misericordia diariamente.
  3. Vida en Comunidad:

    • Apoyo Mutuo: La comunidad de fe proporciona apoyo y aliento en la búsqueda de la santidad y la recepción de la misericordia de Dios.
    • Ejemplos de Vida: Los santos y otros creyentes devotos sirven como ejemplos a seguir, no para ser medidos, sino para inspirar y guiar en el camino de la fe.

Intentar medir la santidad es erróneo porque va en contra de la enseñanza cristiana sobre la naturaleza humana, el juicio de Dios, y la necesidad de humildad. En lugar de enfocarse en medir la santidad, los creyentes deben centrarse en la búsqueda constante de la misericordia de Dios a través de la fe, la oración, los sacramentos y la vida en comunidad.

domingo, 30 de junio de 2024

¿Porqué debemos ofrendar en la Iglesia según hayamos decidido en nuestros corazones?

La ofrenda en la iglesia tiene múltiples significados y propósitos. A continuación, se presentan algunas de las razones más comunes por las que se fomenta la práctica de ofrendar en la iglesia:

  1. Acto de adoración y gratitud: Ofrecer es una forma de adorar a Dios y mostrar gratitud por las bendiciones recibidas. En la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento, se menciona que el acto de dar es una expresión de reconocimiento hacia Dios como el proveedor de todas las cosas.

  2. Sostén de la iglesia: Las ofrendas ayudan a cubrir los gastos operativos de la iglesia, tales como el mantenimiento del edificio, los gastos eléctricos y servicio de agua, los programas de evangelización, las actividades comunitarias y las misiones.

  3. Ayuda a los necesitados: En nuestra iglesia se utiliza parte de las ofrendas para apoyar a los miembros de la comunidad que están en necesidad, así como para financiar programas de ayuda social, tanto a nivel municipal como nacional.

  4. Obediencia bíblica: En la Biblia, en el Nuevo Testamento, se exhorta a los creyentes a dar. Por ejemplo, en 2 Corintios 9:7 se menciona que cada uno debe dar según haya decidido en su corazón; con esto aclaramos que no es una imposición a los amigos y creyentes.

  5. Fomento de una actitud generosa: Ofrecer tus ofrendas en el templo promueve una actitud de generosidad y desapego de los bienes materiales, lo cual es un valor importante en la vida cristiana. Dar ayuda a los creyentes a confiar más en Dios y menos en sus posesiones materiales.

  6. Participación en la obra de Dios: Mediante la ofrenda, los creyentes tienen la oportunidad de ser partícipes en la obra de Dios en la tierra. Contribuir con sus recursos permite a la iglesia llevar a cabo su misión de predicar el evangelio y extender el reino de Dios.

viernes, 12 de abril de 2024

Nuestro compromiso con la sociedad en el deporte y la educación

Tenemos muy claro el compromiso del Movimiento Pentecostés Impacto de Dios, Inc., en la sociedad; con el programa de deporte y educación,  realizamos actividades que pueden manifestarse de varias formas. Aquí hay algunas maneras en que nuestras iglesias se involucran en estas áreas:


  1. Programas deportivos: Promovemos los programas deportivos para jóvenes y adultos, como equipos de fútbol, Baseball, baloncesto otros eventos recreativos. Estos programas no solo promueven la actividad física y la salud, sino que también fomentan la camaradería y valores como el trabajo en equipo y el respeto mutuo.
  2. Escuelas religiosas: Administramos escuelas religiosas que integran la fe cristiana en su plan de estudios. Enfatizando tanto la excelencia académica como el desarrollo espiritual y moral de los estudiantes, con nuestros programas de reforzamiento escolar y carreras técnicas.
  3. Programas educativos: Nos hemos involucrado en programas educativos para adultos, como clases de alfabetización, tutoría académica o educación vocacional. Estos programas ayudan a empoderar a los miembros de la comunidad al proporcionarles las habilidades necesarias para mejorar sus vidas y contribuir positivamente a la sociedad.
  4. Orientación moral y valores: Estamos comprometidos con proporcionar orientación moral y valores a través de sus enseñanzas y actividades. Esto puede influir en cómo los individuos perciben y participan en el deporte y la educación, promoviendo la ética, la honestidad y el respeto hacia los demás.
  5. Apoyo a familias y estudiantes: En nuestras congregaciones se brindan apoyo práctico y emocional a las familias y estudiantes, ya sea a través de programas de asistencia social, consejería pastoral o simplemente sirviendo como una red de apoyo comunitario.
  6. Actividades recreativas: Además de los deportes organizados, nuestras iglesias también ofrecen actividades recreativas como campamentos de verano, excursiones al aire libre y eventos familiares que promuevan el bienestar físico y emocional de sus miembros.

Entregas de útiles escolares para niños y niñas en fecha: 7 de marzo 2024



Entrega de útiles deportivos en el play de Barrio Lindo, el 21 de Julio 2023





Levantamiento de niños, niñas y adolescentes en el batey de Consuelito en fecha: 17 de febrero 2019, San Pedro de Macorís.


En esa dirección, nuestra misión es desempeñar un papel significativo en la sociedad mediante el apoyo al deporte y la educación, promoviendo valores positivos y proporcionando recursos y programas que beneficien a sus comunidades locales.

domingo, 31 de marzo de 2024

El pecado de la murmuración

El pecado de la murmuración, también conocido como chismorreo o hablar mal de otros, se considera una transgresión en varias tradiciones religiosas, incluido el cristianismo. Aunque la palabra "murmuración" puede no aparecer explícitamente en la Biblia en todos los contextos, los principios que la condenan están presentes en numerosas escrituras.

En el cristianismo, la murmuración se considera un pecado porque va en contra de los principios de amor, respeto y edificación mutua que se encuentran en las enseñanzas de Jesucristo. Algunas de las razones por las cuales se considera un pecado incluyen:

  1. Daño a otros: Hablar mal de otros puede causar daño emocional y psicológico a las personas mencionadas, así como socavar su reputación y relaciones.
  2. Fomenta la división y el conflicto: La murmuración puede crear división y conflicto dentro de comunidades y relaciones, en lugar de promover la unidad y la armonía.
  3. Falta de amor y compasión: La murmuración a menudo surge de sentimientos de envidia, celos, resentimiento o falta de amor hacia los demás, lo cual va en contra del mandamiento de amar a los demás como a uno mismo.
  4. Contrario al respeto y la dignidad: Cada individuo merece ser tratado con respeto y dignidad, y la murmuración viola este principio al hablar de ellos de manera negativa y despectiva.


En la Biblia, pasajes como Efesios 4:29 advierten contra la "charla obscena" y afirman que las palabras deben ser usadas para edificar y dar gracia a quienes escuchan. Proverbios 16:28 advierte que el hablador perverso siembra discordia, y Santiago 4:11 condena a aquellos que murmuran unos contra otros.


Las creencias fundamentales del cristianismo

Nuestra creencia está centrada en la figura de Jesucristo como el Mesías y el Hijo de Dios. Se basa en las enseñanzas, vida y obra de Jesucristo, tal como se registran en el Nuevo Testamento de la Biblia. 

  1. Dios: Creemos en un solo Dios, quien se revela en la Trinidad: Padre, Hijo (Jesucristo) y Espíritu Santo.
  2. Jesucristo: Jesucristo es el centro del cristianismo. creemos que Jesús es el Hijo de Dios que se encarnó como un ser humano para salvar a la humanidad del pecado y reconciliarla con Dios. Su vida, enseñanzas, muerte y resurrección son fundamentales para la fe cristiana.
  3. La Biblia: Consideramos la Biblia como la Palabra de Dios. Se compone de dos partes principales: el Antiguo Testamento, que contiene las escrituras judías y la ley, los profetas y los escritos; y el Nuevo Testamento, que registra la vida, enseñanzas, muerte y resurrección de Jesucristo, así como las enseñanzas y experiencias de los primeros seguidores de Jesús.
  4. Salvación: Creemos en la salvación a través de la fe en Jesucristo. La salvación implica la creencia en Jesucristo como el Salvador y la aceptación de su sacrificio en la cruz por el perdón de los pecados.
  5. Iglesia: Nos congregamos en comunidades de adoración conocidas como iglesias. La iglesia es vista como el cuerpo de Cristo en la tierra, con Jesucristo como su cabeza.